Durante muchos años el diagnóstico de cáncer se asociaba con un mal pronóstico y con unas expectativas de vida limitadas. Hoy sabemos que un porcentaje muy elevado de estas patologías no sólo tienen tratamiento efectivo sino que llegan a curarse completamente de tal forma que ha nacido dentro de la oncología un nuevo grupo de pacientes que se denominan largos supervivientes.
Esta realidad ha llevado a entender que el tratamiento de los pacientes oncológicos debía de hacerse de manera integral. Efectivamente es de gran trascendencia, lo más importante, abordar médicamente el tratamiento del tumor, pero hoy sabemos que también lo es que las personas con neoplasia puedan tener durante el tratamiento y en los periodos posteriores una buena calidad de vida, que puedan realizar su actividad laboral y social con la menor perturbación posible.
La lucha contra la enfermedad requiere además del apoyo médico-científico, es decir un diagnóstico correcto y un tratamiento ajustado a las necesidades y a las especificidades de cada paciente y de cada neoplasia, una actitud por parte del enfermo activa frente a la enfermedad, yo diría que agresiva frente a la enfermedad.
Para lograr esa beligerancia frente a la enfermedad el paciente necesita aceptar su nueva situación, convivir con ella y para ello es importante que atendamos, entre otras, las del cuidado de la piel cuyas alteraciones, bien sea por la propia enfermedad o su tratamiento pueden disminuir la calidad de vida de los pacientes y por tanto su capacidad de lucha y su autoestima.
El cuidado de la piel debe de hacerse desde el mismo momento del diagnóstico, antes de realizarse el tratamiento, durante éste y con posterioridad.
Algunas de las patologías dérmicas más frecuentes en los pacientes oncológicos, son las siguientes:
• Piel seca o xerosis cutánea, en la que la deshidratación de la piel o de las mucosas provoca sequedad con pérdida de brillo y de elasticidad lo que provoca descamaciones, fisuras e incluso heridas y en muchos casos se acompaña de prurito.
• Ulceracionesde cualquier tipo
• Dermatosis descamativas, que cursan con aumento del grosor y de la pigmentación de la piel, con la aparición de queratosis seborreicas u otras manifestaciones que dan a la piel el aspecto de tener escamas (Acantosis nigricans, Ictiosis, etc).
• Patologías ungueales que cursan con fragilidad, aparición de estrías y alteraciones en el grosor y del color de las uñas.
• Patologías relacionadas con los tratamientos quimioterápicos, fundamentalmente hiperpigmentación, eritrodisestesia palmoplantar o las relacionadas con la utilización de fármacos que inhiben los receptores del factor de crecimiento epidérmico con la aparición de reacciones de hipersensibilidad, lesiones dérmicas en forma de pápulas o pústulas o erupciones acnéicas.
• Patologías relacionadas con los tratamientos radioterápicos. Fundamentalmente la radiodermitis aguda o crónica que suele cursar con descamación,sequedad de piel, eritemay en algunos casos ulceraciones y que en buena medida, aunque no exclusivamente, la severidad de la sintomatología va estar relacionada con la dosis y el fraccionamiento de los tratamientos.
• Patologías relacionadas con tratamientos quirúrgicos, cicatrices queloideaso la aparición de cicatrices hipertróficas
• Mucositis oral u vaginal
Además los aspectos estéticos deben de ser especialmente cuidados con tratamientos que permitan mejorar el tono y la luminosidad de la piel.
– José Luis Temes, director Científico Wiotech Colombia –